Historia de la Hermandad
La devoción y culto a la Santísima Virgen bajo la advocación de Nuestra Señora de Montserrat, traído a la ciudad por los catalanes instalados en Sevilla para el comercio con América, está en el origen de esta Hermandad. Así se pronuncia Santiago Montoto, datándola a fines del siglo XV como Hermandad de gloria o de luz. El historiador González de León data sus orígenes a principios del XVI. Bermejo y Carballo considera su nacimiento a finales del citado siglo.
Siglos XVII y XVIII
” todos los hermanos así de sangre como de luz an de llevar túnicas i capirotes llanos de lienso blanco i escapularios azul i un escudo con un monte Calvario i dos ángeles ensima con una sierra i en el Buen Ladrón i en la procesión an de llevar un paso de el dicho escudo i una imagen de Nuestra Señora i un Christo crucificado (…)” (introducción a los capítulos).
La Junta de Gobierno se elegía anualmente, estando compuesta por dos Alcaldes, un Mayordomo, ocho Diputados, Veedor, Prioste y Escribano. Asimismo existía un Muñidor o criado asalariado de la Hermandad.
De los orígenes catalanes de la Hermandad habla un elocuente dato: el 5 de febrero de 1611 se produce la agregación de la Cofradía al Monasterio de Nuestra Señora de Montserrat en Cataluña.
Siglo XIX: Reorganización y esplendor
Los hermanos reorganizadores supieron sin duda situar en el lugar adecuado a la renacida Hermandad en un brevísimo intervalo de tiempo, valiéndose para ello del apoyo de la burguesía local que arropaba a la pequeña Corte de los Montpensier. Ese patrocinio fue fundamental: el día 7 de marzo de 1851, y en el Palacio de San Telmo, fueron nombrados Hermanos Mayores Perpetuos los Serenísimos Señores D. Antonio María de Orleáns y Doña Luisa Fernanda de Borbón, Duques de Montpensier. Asimismo el Arzobispo de Sevilla, Cardenal Judas Tadeo Romo acepta su nombramiento como protector de la Cofradía. Con posterioridad, el 4 de diciembre de 1853, en el Palacio de San Telmo, fue nombrada S.M. la Reina María Amelia, madre del Duque de Montpensier, Protectora de la Cofradía y Camarera de la Santísima Virgen.
El día 7 de marzo de 1851 fueron nombrados Hermanos Mayores Perpetuos los Serenísimos Señores D. Antonio María de Orleáns y Doña Luisa Fernanda de Borbón, Duques de Montpensier.
Otras innovaciones en la constitución de la Cofradía llegaron a perpetuarse. Así, en la Estación de Penitencia de 1859 formó parte del cortejo, por vez primera, una joven representando a la Santa Mujer Verónica. En el año 1865 se incorpora en la procesión la representación simbólica de la Virtud Teologal de la Fe, encarnada igualmente por una joven. Desde entonces ambas figuras se han convertido en elemento distintivo y signo tradicional de nuestra Hermandad, pasando hasta nuestros días, en que hermanas de la Cofradía asumen con ilusión esta forma singular de realizar la Estación de Penitencia.
En 1865 se estrenaba el palio de la Virgen, que con ciertas reformas, aún permanece.