Santísimo Cristo de la Conversión del Buen Ladrón

Cuando en 1601 la antigua Hermandad gloriosa de Ntra. Sra. de Montserrat aprobó sus primeras Reglas penitenciales, añadió al título mariano el de La Conversión del Buen Ladrón, puede que, por influencia de la ermita de San Dimas, en la montaña de Montserrat, tenida en mucha estima por los monjes.

El pasaje evangélico elegido para el misterio correspondía a Lc 23, 33, 39-44:

“Llegados al lugar llamado Calvario, le crucificaron allí a él y a dos malhechores, uno a la derecha y otro a la izquierda.

Uno de los malhechores crucificados lo insultaba, diciendo:
«¿No eres tú el Mesías? Sálvate a ti mismo y a nosotros.»
Pero el otro lo increpaba:
«¿Ni siquiera tú temes a Dios, estando en el mismo suplicio? Y lo nuestro es justo, porque recibimos el pago de lo que hicimos; en cambio, éste no ha hecho nada malo.»

Y decía:
«Jesús, acuérdate de mí cuando llegues a tu Reino.»
Jesús le respondió:
«Te lo aseguro: hoy estarás conmigo en el Paraíso.»

Era ya como la hora de sexta, y las tinieblas cubrieron toda la tierra hasta la hora de nona.”

Tal y como se explica en la reseña de la Imagen de Ntra. Sra. de Montserrat, según un testigo del pleito de 1619 sobre la propiedad de dicha Imagen, la primera vez que la Cofradía salió de disciplina fue en 1606, sólo con la imagen de la Virgen.

Como se supo tres siglos después, la Imagen del Stmo. Cristo fue entregada a la Hermandad en febrero de 1620, por lo que suponemos que fue ese mismo año cuando procesionaría por vez primera.

Ya que en las Reglas de 1601 se señalaba que la Cofradía saldría el Viernes Santo y que “en la procesión an de levar un paso de el dicho escudo (un monte calvario i dos angeles ensima con una sierra i en él le buen ladrón) i una imagen de Nuestra Señora i un Christo crucificado”, desconocemos la manera de procesionar entre 1606 y 1620 en cuanto al misterio de La Conversión del Buen Ladrón se refiere.

La primera mención escrita al Cristo de la Conversión la encontramos en el inventario de los bienes de la Hermandad de 1682: “Primeramente una echura de Ntro. Sr. Crucificado, ablando con el Buen Ladrón de las mejores echuras que hay en España”.[1]

Sesenta y dos años después de su entrega a la Hermandad, ya había desaparecido cualquier referencia al imaginero que la talló…

Cerca de veinte años después de ese inventario ya aparece el nombre de un imaginero como autor de la Imagen. En el “INVENTARIO de los bienes que la Cofradía del Stmo. Cristo de la Combersión del buen ladrón y María Ssma. de Monserrate” fechado el 12 de abril de 1701, se expone lo siguiente:

“1. Retablos que ay en la Capilla.
Primeramente una hechura de Nuestro Señor Crucificado ablando con el buen ladrón de las mejores hechuras que ay en toda España, de mano del Montañés, escultor sinsegundo.
Yten un retablo nuevo, de escultura colunas salomónicas y dorado en que está colocada su talla.
Yten en dicho retablo, a los pies del stmo. Cristo una hechura de la Magdalena de bulto dorada y encarnada.
Yten en otro retablo seis ángeles de bulto dorados y encarnados con sus tarjetas y escudos hechura de Roldán escultor y la Magdalena es también de su mano.
Yten en los dos lados del retablo las hechuras del bueno y mal ladrón de pasta y cruces de naranjo.”[2]

Pocos años después de este inventario, el pintor e historiador Antonio Palomino, diría, refiriéndose a Martínez Montañés y ante la contemplación de la Imagen del Stmo. Cristo, “que parece que se le puede escuchar su voz”[3]

Esta referencia la recogió González de León en 1852 en su Historia de las cofradías: «El Señor y la Virgen son obras admirables del tantas veces nombrado Montañés, de lo mejor que hizo, y hablando del Señor, Palomino, en la vida de los escultores, dice que está ejecutada con tanta perfección que se le pueden escuchar las palabras.” Añadiendo que “el Santo Cristo lo restauró el año anterior, puso ojos de cristal y encarnó al pincel el escultor don Gabriel Astorga.»[4]

Respecto a las otras imágenes del misterio dice: “Los ladrones son de menos mérito, y dudamos que sean del mismo autor, lo que también es de su mano es el San Vicente Ferrer, como lo era la Magdalena que se ha perdido, y en su lugar ha construido otra un autor desconocido, copiando la que tiene el Cristo del Confalón en la iglesia de san Pablo, pero no ha hecho nada bueno”.[5]

Por su parte, Bermejo incidiría en 1882 en la atribución a Martínez Montañés: “La Imágen del Señor es obra admirable de Juan Martínez Montañés, de la cual hablando D. Antonio Palomino dice: que es tanta su propiedad que parece que se le escucha la voz. Hacen mérito también de esta Imágen Pons y Arana de Valflora. En 1851 el profesor D. Gabriel de Astorga la encarnó de nuevo, y le puso ojos de cristal. Los ladrones, aunque de pasta y de autor desconocido no son despreciables, principalmente el que figura á Barrabás”.[6]

Y llega el año 1919 en el que Adolfo Rodríguez Jurado publica en la Revista La Pasión su mítico artículo SUUM CUIQUE TRIBUERE .[7] En él da a conocer el contrato que la Hermandad de Montserrat firmó justo tres siglos antes, en 1619, con un imaginero desconocido a principios del siglo XX, Juan de Mesa y Velasco.

El artículo sirve como reivindicación de Mesa, tres siglos postergado al olvido y oculto tras el nombre de su maestro, Juan Martínez Montañés, aunque reconociendo “que el insigne alcalaíno llegó a la cumbre, y que por algo sus contemporáneos le llamaron «el Dios de la madera»”.[8]

“Pero en esa misma cumbre del arte pueden asentarse otros artistas, singularmente el inspiradísimo autor del Cristo de la Conversión del Buen ladrón; obra admirable, de la que hacen mención Arana de Valflora en sus «Hijos Ilustres de Sevilla», y Pons en sus «Viajes», y de la que dice D. Antoni Palomino en su «Vida de los pintores y escultores españoles» que, «es tanta su propiedad, que parece que se le escucha la voz»; soberbia escultura que en nada se distingue de las mejores montañesinas y que ciertamente no se debe al cincel de Montañés. No es extraño que se la haya atribuido a ese gran maestro, si se tiene en cuenta el mérito sobresaliente de la escultura y la circunstancia de ser obra del mejor de sus discípulos.”[9]

“Cuando la Hermandad acordó hacer esta Imagen de Ntro. Sr. Crucificado hablando con el Buen Ladrón encomendó la obra al insigne Juan de Mesa, que era al propio tiempo cofrade de la referida hermandad, artista eminente y sevillano ilustre, al que Sevilla no ha tributado los honores que merece”.[10]

Rodríguez Jurado había localizado en el Archivo General de Protocolos de Sevilla la Carta de obligación de Juan de Mesa con Alonso Díaz, mayordomo de la Cofradía de Nuestra Señora de Montserrat y Conversión del Buen Ladrón para labrar un Crucificado.

La transcripción del contenido de dicho documento público otorgado entre la Hermandad y el imaginero el 5 de mayo de 1619 que Rodríguez Jurado reflejó en su artículo es la siguiente:

“Sepan cuantos esta carta vieren, como yo, Juan de Mesa, escultor y arquitecto, vecino de esta ciudad de Sevilla en la collación de San Martín, otorgo y conozco que soy convenido y concertado con la cofradía y hermandad de Nuestra Señora de Monserrate y Conversión del Bue Ladrón, que al presente está sita en la Iglesia Parroquial de San Ildefonso de esta ciudad, y con Alonso Díaz, vecino de ella, en su nombre y como su mayordomo, en tal manera que yo sea obligado y me obligo de hacer y labrar y acabar en toda perfección una hechura de Cristo Nuestro Señor crucificado, de madera de cedro de las Indias, de la estatura natural, que tenga nueve cuartas de alto desde la punta de los pies hasta la cabeza, quedando en postura de vivo hablando con el buen ladrón, clavado en la cruz y según la traza que para esto se me ha dado. Para todo lo cual, yo he de poner la madera y toda la demás costa necesaria hasta su encarnación, y de manera que quede en toda perfección en madera y poniendo las potencias de madera por la cabeza, por la orden que se me diere. Por razón de todo lo cual la dicha cofradía y el dicho mayordomo en su nombre han de ser obligados de pagarme la cantidad que Pedro Fernández de Quiñones, corredor de lonja de esta ciudad declarase hecha la obra concertada conmigo. Y a cuenta de lo que montare y el susodicho declarara, y de haber por ella recibido luego de presente de manos del dicho Alonso Díaz trescientos reales en dineros de contado realmente y con efecto en presencia del escribano público y testigo de cuya paga y recibo yo, Juan Bautista de Contreras, escribano público de Sevilla, doy fe, y son en poder de mí el dicho Juan de Mesa. Con que me doy por pagado a mi voluntad, y más se me ha de ir dando por la dicha cuenta, como fuere trabajando en la obra para ayuda a su costa lo que les pareciere. Y luego que se haya acabado y el dicho Pedro Fernández de Quiñones declarare el dicho precio que ha de haber por ella, se me ha de pagar todo el resto que se me quedare debiendo. Y de esta manera me obligo de hacer la hechura del dicho Cristo de buena obra y a vista, parecer y satisfacción del dicho Pedro Fernández de Quiñones y por su ausencia de la persona que la dicha cofradía y su mayordomo en su nombre nombrare. Y lo daré hecho y acabado en la forma que queda a mi cargo dentro de seis meses primeros siguientes, que corren desde hoy. Y si hecho, el dicho Pedro Fernández de Quiñones o la persona que por su ausencia se hubiere de satisfacer de la obra, dispusieren se le añada o quite algo de lo labrado para su mayor perfección, lo tengo que hacer a mi costa, según y como se ordenare.

porque lo hago y otorgo así por particular devoción y afición que tengo a la dicha cofradía.

Fecha la carta en Sevilla, a cinco días del mes de mayo de mil seiscientos y diez y nueve años. Y los otorgantes, que yo, el escribano público doy fe que conozco, el dicho Juan de Mesa lo firmó de su nombre y por el dicho Alonso Díaz un testigo. Siendo testigos Francisco de Sevilla Titos y Juan de Acebedo, escribanos de Sevilla.

 

Juan de Mesa

Francisco de Sevilla Titos, escribano de Sevilla

Juan de Acebedo, escribano de Sevilla

Juan Bautista de Contreras, escribano público”[11]

 

En algún momento posterior a 1919, la Carta de obligación se extravió. Por lo que había que acudir a la transcripción incompleta de Rodríguez Jurado, por un lado, y, por otro, a la Carta de finiquito de Juan de Mesa por la hechura del Cristo de la Conversión de 24 de febrero de 1620, conservada en el A.H.P.S., que confirmaba la existencia del contrato firmado en 1619: “Sepan cuantos esta carta vieren como yo, Juan de Mesa, …otorgo y conozco que doy carta de pago y finiquito…por la hechura y manufactura y demás costas de una Imagen de Cristo Crucificado que hice para la cofradía de Nuestra Señora de Monserrate que está en la Iglesia de San Ildefonso de esta ciudad…”.[12]

Felizmente, en 2021-2022, los archiveros del Archivo Histórico Provincial de Sevilla, centro que custodia la Sección Histórica de Protocolos Notariales de Sevilla desde 1990, localizaron la escritura original de la Carta de obligación de Juan de Mesa con la Hermandad de Montserrat. Durante los trabajos de descripción y digitalización de la Colección de Celestino López Martínez (CELOMAR), integrada por centenares de documentos notariales, los técnicos del Archivo identificaron el texto y comprobaron que estaban ante la escritura que resucitó a Juan de Mesa.[13]

Es de destacar la expresión utilizada por Juan de Mesa en el contrato, “porque lo hago y otorgo así por particular devoción y afición que tengo a la dicha cofradía”, lo que llevó a Rodríguez Jurado a afirmar que “Juan de Mesa era al propio tiempo cofrade de la referida hermandad”.[14]

Esta circunstancia se confirma a la vista del Libro Registro de Hermanos de Montserrat de los años 1606 a 1698, en donde se constata que Juan de Mesa ingresó como hermano de la misma el día 8 de abril de 1608.[15]

Respecto a las imágenes del Buen y el Mal Ladrón que completan el misterio desde el siglo XVII, sabemos que en 1628 la Hermandad concertó con Pedro Nieto la hechura de ambas, que serían realizadas en pasta de madera.[16]

Debido al material con el que están hechas y a su mal estado de conservación, fueron sustituidas en 1981 por otras dos imágenes de D. Gabriel Cuadrado Díaz, restaurando al cabo de los años D. José Rivero Carrera las de Pedro Nieto, que volvieron a procesionar en 1997.

En cuanto a la Magdalena, según el inventario de 1701, una Imagen de la misma se situaba a los pies del Cristo en su Altar de la Capilla, y se consideraba tallada por Roldán.[17]

González de León escribió que dicha Imagen, que se había perdido antes de la reorganización de la Hermandad, era de Montañés, y que en 1851 “en su lugar ha construido otra un autor desconocido, copiando la que tiene el Cristo del Confalón en la iglesia de san Pablo, pero no ha hecho nada bueno”.[18]

Esta imagen había sido tallada por José Sánchez, pero no fue del gusto de los hermanos. En 1858 ya salió la actual Imagen, una talla del siglo XVIII que representaba a una santa dominica, Santa Inés de Monte Policiano, y que se encontraba almacenada en la Parroquia de Santa María Magdalena.[19]

Fue restaurada en 1987 por el Taller Isbilia, y por Rocío Sáez Millán en 2016.

Volviendo a la Imagen del Stmo. Cristo, la misma está realizada en madera de cedro, y dos han sido las intervenciones y restauraciones más conocidas:

  • En 1851 D. Gabriel de Astorga la encarnó de nuevo, y le puso ojos de cristal.

 

  • En 1982 fue restaurada por D. José Rivero Carrera, que le repuso la policromía de los ojos, sustituyó la cruz e incorporó el rótulo tallado del INRI que habitualmente se viene utilizando en sustitución del de plata del siglo XVIII.

La importancia del Stmo. Cristo de la Conversión del Buen Ladrón reside tanto en el aspecto historiográfico de recuperación de la historia olvidada de Juan de Mesa y Velasco (Córdoba, 26 de junio de 1583-Sevilla, 26 de noviembre de 1627), como de la originalidad de la talla, por el hecho de estar vivo y hablando, y por ser totalmente independiente de los criterios artísticos de su maestro.[20]

Muy interesante es también el estudio de las influencias anteriores, distintas a la de Montañés, que tomó Juan de Mesa para su hechura, que se manifiestan en la corona de espinas tallada sobre la cabeza, el dinamismo del cuerpo, o el atrevido sudario o paño de pureza.[21]

Las indicaciones que le dieron a Juan de Mesa los hermanos de Montserrat que le encargaron la hechura del Stmo. Cristo de la Conversión del Buen Ladrón en 1619 fueron éstas: “quedando en postura de vivo hablando al buen ladrón, clavado en la cruz y según la traza que para esto se me ha dado».

Parece como si la traza que le dieron los hermanos fuera tomada del Salmo 40 [39], propio de la liturgia del Viernes Santo, que se reza en nuestra Capilla dentro del acto devocional de la Conversión de San Dimas, el Buen Ladrón, en la hora de sexta:

“En el Señor puse toda mi esperanza, él se inclinó hacia mí y escuchó mi clamor.”

Notas

[1] Inventario de los bienes de la Hermandad de Montserrat. 17 de mayo de 1682
[2] INVENTARIO de los bienes que la Cofradía del Stmo. Cristo de la Combersión del buen ladrón y María Ssma. de Monserrate. 12 de abril de 1701
[3] Palomino de Castro y Velasco, Antonio. El Parnaso español pintoresco laureado. Madrid 1724
[4] González de León, Félix. Historia crítica y descriptiva de las cofradías de penitencia, sangre de luz, fundadas en la ciudad de Sevilla. Sevilla, 1852
[5] González de León, Félix. Id.
[6] Bermejo y Carballo, José. Glorias Religiosas de Sevilla: Noticia Histórico-Artística de todas las Cofradías de Penitencia, Sangre y Luz fundadas en la Ciudad de Sevilla. Sevilla, 1882
[7] Rodríguez Jurado, Adolfo. SUUM CUIQUE TRIBUERE. Revista La Pasión. Sevilla, 1919
[8] Rodríguez Jurado, Adolfo. Id.
[9] Rodríguez Jurado, Adolfo. Id.
[10] Rodríguez Jurado, Adolfo. Id.
[11] Rodríguez Jurado, Adolfo. Id.
[12] Pinto Pabón, Agustín. Documentos históricos | Carta de finiquito de Juan de Mesa por la hechura del Cristo de la Conversión. Año: 1620, febrero, 24. Sevilla. A.H.P.S. 6914P, folio 496 r-v. Exposición 400 aniversario de la hechura del Cristo de la Conversión del Buen Ladrón. Círculo Mercantil e Industrial de Sevilla, enero 2019
[13] García Sánchez, Antonio José, Archivo Histórico Provincial de Sevilla. La Carta de obligación del Cristo de la Conversión: el documento que resucitó a Juan de Mesa. Consejería de Cultura y Patrimonio Histórico. Sevilla, abril 2022 | Anexo
[14] Rodríguez Jurado, Adolfo. Id.
[15] Gómez del Moral Gómez del Moral, Ramón. Juan de Mesa y Velasco, ¿quién fue? | Exposición 400 aniversario de la hechura del Cristo de la Conversión del Buen Ladrón. Círculo Mercantil e Industrial de Sevilla, enero 2019
[16] Pinto Pabón, Agustín. Documentos históricos. Contrato con el imaginero Pedro Nieto Montañés. Año: 1628, junio, 21. Sevilla. A.H.P.S. 2546P, folio 186 r-v. Exposición 400 aniversario de la hechura del Cristo de la Conversión del Buen Ladrón. Círculo Mercantil e Industrial de Sevilla, enero 2019
[17] INVENTARIO de los bienes que la Cofradía del Stmo. Cristo de la Combersión del buen ladrón y María Ssma. de Monserrate. 12 de abril de 1701
[18] González de León, Félix. Id.
[19] Roda Peña, José. Nuevas noticias sobre la Magdalena de Montserrat. Boletín de las Cofradías Nº 482, Sevilla, 1999
[20] Pérez Morales, José Carlos. Juan de Mesa y los titulares de la Hermandad de Montserrat. La eclosión de una original identidad estilística. Boletín de las Cofradías Nº 721, Sevilla, marzo de 2019
[21] Porres Benavides, Jesús Ángel. El Cristo de la Conversión del Buen Ladrón, influencias anteriores y posteriores. Boletín MONTSERRAT. Sevilla, 2020